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Cuando el trabajo a distancia se convierte en trabajo asincrónico


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La pandemia y los reiterados lockdowns nos lo han demostrado: el trabajo a distancia puede funcionar. Para ello es necesario proporcionar diversos elementos básicos, como el equipamiento técnico, pero también adecuar la mentalidad de los empleados y de los directivos a esta forma de trabajar. Sin embargo, la experiencia de los últimos 17 meses también nos ha demostrado lo importante que es estar presente en la oficina y que en basecom no habrá puestos de trabajo totalmente remotos. Los resultados creativos y la interacción social requieren proximidad física y no pueden ser sustituidos por videollamadas.

 

Pero en el futuro no volveremos a trabajar exclusivamente en la oficina. Será una mezcla, en la que nuestros empleados decidirán cuándo y dónde quieren trabajar en función de sus
necesidades diarias. Ya sea hacer brainstorming durante un período de tiempo más largo con el Equipo Scrum en una zona aislada donde el entorno, el equipo y la tecnología favorecen
idealmente el proceso de intercambio de ideas, o trabajar tranquilamente desde casa tareas concretas en gestiones individuales o participar en particulares Status-Meetings virtuales. La
oficina del futuro debe estar preparada para todos estos requisitos y el desk-sharing será sólo uno de los elementos importantes para crear un entorno ideal para los equipos que colaboran
entre sí.

Pero lo que observo cada vez más es que las formas individuales de trabajar están cambiando o tienen que cambiar para adaptarse a esta nueva forma de colaboración. Esto se resumió muy
bien en la entrevista entre Stewart Butterfield (CEO de slack) y Mike Cannon-Brookes (CEO de Atlassian). Nuestras fases laborales serán cada vez más asincrónicas en el futuro, debido a los
diferentes lugares y horarios de trabajo. Utilizaremos herramientas en las que podamos producir resultados de forma colaborativa, pero sobre todo en tiempo diferido.

.La comunicación se convertirá más en flujos de mensajes asincrónicos y el intercambio de información, por ejemplo por teléfono, se reducirá considerablemente. Esto tiene otra gran
ventaja: cuando se trata de un trabajo de conocimiento concentrado, en basecom hablamos a menudo de trabajos "en el túnel". Si yo, como trabajador concentrado, puedo completar mis
tareas de la forma más ininterrumpida posible, esto me llevará a una calidad y eficiencia significativamente mayores. Así puedo hacer pausas deliberadas para poder mirar mis
notificaciones acumuladas en los mensajes individuales o del grupo de Slack.

Otra opción para favorecer las formas de trabajo asincrónicas y aumentar la flexibilidad de los empleados es rechazar las largas reuniones de empresa, en las que se presentan casi
exclusivamente contenidos y no se dialoga. Las sesiones de los distintos ponentes se grabarán de antemano y se pondrán a disposición del grupo destinatario durante un periodo de tiempo
determinado. De este modo, todos los destinatarios pueden elegir de manera flexible el momento adecuado para acceder a los contenidos. Al final del periodo, se celebrará una
reunión en directo significativamente reducida, en la que se podrá realizar una sesión de preguntas y respuestas, así como abordar los comentarios del equipo en directo.

Estos son sólo dos ejemplos concretos de cómo la introducción del teletrabajo cambiará cada vez más el empleo hacia una forma asincrónica de trabajar. Le seguirán muchas más y
herramientas como Slack, Google Workplace, Confluence, JIRA o también desk.ly ayudarán a los empleados en su trabajo diario.

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